20/10/2022
Cada vez nos resulta más común encontrarnos defensores profesionales y no profesionales de la crianza respetuosa, y por ello sonreímos ampliamente y respiramos tranquilos. Llevamos tantos años defendiendo la educación centrada en NNA que nos parecen pequeñas victorias, montañas de arena de las que al menos un granito colocamos desde nuestra Entidad. A veces esa alegría se vuelve efímera, y cuando terminamos de leer el artículo, ver el video o acabamos la conversación con ese profesional, padre o madre, nos damos cuenta del largo camino que nos queda aún por recorrer.
La crianza respetuosa no es una novedad, aunque sea ahora cuando los profesionales le estemos dando el lugar que se merece. Hace años que educamos a nuestras niñas, niños y adolescentes teniendo en cuenta sus NECESIDADES INDIVIDUALES, aun cuando la perspectiva cognitivo conductual era el remedio a todos los males. Pero nosotros ya habíamos salido de la tela de araña de las soluciones rápidas y nos planteamos otro modo de acompañar, de educar, de curar heridas...
Hoy al fin, muchos profesionales, papás y mamás, saben que los premios y los castigos sirven para poco o para nada, cuando tenemos enfrente una mente humana en pleno crecimiento, y más aún si esa mente ha tenido que luchar para sobrevivir. Pero ¿significa esto que no debemos enseñar LIMITES? Solo hay que mirar la prensa y ver cómo los casos de acoso escolar aumentan cada año en número y gravedad. La permisividad es una forma de negligencia y la mala noticia es que sí, como adultos somos responsables de educar afectivamente a nuestros pequeños, y eso incluye la educación en límites.
Y ¿dónde ponemos los limites? ¿cómo los ponemos? ¿cuándo son necesarios? Nos llevaría horas el desarrollo de estas cuestiones, pero la respuesta es muy simple; debemos favorecer el AUTOCUIDADO, incluso en aquellos momentos en los que no sean conscientes del riesgo (¿nadie dejaría que un bebé metiera los dedos en un enchufe o que para favorecer su autonomía gateara escaleras abajo?) y al mismo tiempo el RESPETO AL OTRO, incluso de aquellos que para ellos no lo merecen (si estamos de acuerdo en no ejercer la violencia para con ellos ¿les debemos permitir que la ejerzan?).
Nos levantamos cada día conscientes de lo complicado de la tarea, educamos a los y las responsables de la educación del mañana.